Nerviosa es poco, ansiosa más.
Hubiera querido estar al lado de alguien en ese momento, pero así es como se dio.
Alarma a las 6, a las 9, y a las 12.
Jamás había sentido un dolor tan fuerte.
Jamás por mi mente pasó que este momento se hiciera realidad.
Los escalofríos, el miedo, sentir como se me adormecían las manos y no poder mover las piernas.
Quizás todo dentro de lo normal para un cuadro de ansiedad.
Todos piensan, todos hablan, pero nadie siente lo que yo.
No era el momento, y me he convencido que era así para no sentirme mal al respecto.
No siento culpa, pero si tristeza, porque hubiera sido lindo, o quizás no.
Gracias vida por hacerme fuerte una vez más.