Perdida estoy.
Así.
- ¿Por qué lloras?
- No lo sé. - me sequé las lágrimas con el puño de la casaca.
- No seas tonta, el mundo no se va a acabar, ya llegará otro. - soltó una sultil risa y yo la quedé mirando...
- ¿Por qué no te largas? - y le sonreí también.
- ¡Hay Dios!, no es para tanto... - giro sobre su sitio y antes de irse, con un tono sarcástico me dijo - pucha si hubiera sabido que te pondrías así no te hubiera dicho nada pues.- y se fue.
Me levanté debil. Me sentía mareada. Tenía sus palabras dando vueltas por mi cabeza. No quiera aceptarlo. ¿Por qué siempre me pasa esto a mi? ¿Por qué?
Prometerme que sería la última vez, ya ni en eso creía. ¿Qué es lo que pasa conmigo? ¿Qué es lo que tengo?
Tropezé con una piedra.
Ridículo.
Con ninguna intención de seguir viviendo, regrese a mi casa. "No es para tanto." Si pues. No lo es.
Siempre a mi.
Nunca le mentí, nunca lo traté mal, siempre fui cariñosa, ¿POR QUÉ SE FUE CON ELLA?
No había excusa, no la había.
Abrí la puerta despacio. Mi cuerpo abatido buscaba fuerzas de donde no había. Subí las escaleras sin ganas. Mis piernas no eran parte de mi cuerpo. Movimientos involuntarios se apoderaban de mi; llegue a mi cuarto, la puerta abierta, encontré la oscuridad que tanto anhelaba. Ningún ruido. Silencio absoluto, mis padres no estaban, mi hermano menos. Cerré la puerta despacio siguiendo el sonido del silencio. ¿Qué pretendía?
Me quité las zapatillas, mi corazón ya no latía. Un nudo en mi garganta me impedía pronunciar palabras. Quería gritar. No podía. Cerré los ojos y me dejé caer en la cama...
Desperté de golpe y lo primero que hice fue acercarme al espejo que se encontraba al lado del armario y mirarme:
Yo?
No sé.
Ya no me asusta.
Pero ando perdida, ausente, inexistente.
Tú?
Tú, inevitable.
Tú, siempre.
Tú, siempre presente.
INVISIBLE, jamás.
Nosotros?
NADA.
Tú por ahí,
yo por aquí.
Perdida estoy, porque ya no sé nada.
No tengo ganas de saber sobre NADA.
No me interesa, ya no.
Perdida, porque no me encuentro aún.
Perdida porque no sé.
NO SÉ.
Complicado y sin sentido, es así.
Perdida simplemente porque sí.
PERDIDA.
Yo?
Aquí muy bien.
Tú?
No sé nada sobre tí.
Nosotros?
Algún día nos volveremos a encontrar.
Perdida estoy.
Así.
Luego de decir tanta estupidez en voz alta, sonreí.
Me reí de mi misma y descubrí lo hermosa que soy...
Me limpié el poco maquillaje que me quedaba en el rostro y me metí a la ducha.
SIMPLE. Volví a sonreír.
Sonó el teléfono, era él.
Me quedé muda. Colgué.
Sonreí y entendí que ya era tiempo de estar sola.
Sola y feliz.
PERDIDA?
ya no tanto.
ya no tanto.