No es cuestión de ser golosos o no, es que simplemente yo ya perdí el miedo a sentir emociones fuertes, en cambio tú, aún no.
Después de mucho tiempo volví a sentir esa sensación extraña,
una alegría incontrolable, ese
no sé qué que me hace reir sin razón,
que hace que mi cuerpo se estremesca...
Esas ganas de querer, de ser yo misma una vez más...
Ilusión. Simple ilusión.
Dije que no volvería a pasar,
estaba cerrada, dispuesta a dejar pasar cualquier oportunidad
pero, fallé.
Hoy no tengo ganas de escribir, tengo la cabeza en otro lado,
en otro mundo, muy lejos de aquí...
Apoyada en mi balcón, puedo observar, sentir y saborear a lo lejos lo que significa amor...
Y es más cercano, complicado e insípido de lo que pensaba o esperaba...
Que asco, no sirvo para el amor.