Acabo de tener la alucinación más real de
la vida.
Me encuentro estudiando, con un lapicero
que arroja tinta roja al momento de escribir.
Llegas sin tocar la puerta y
pasas sin hacer mucho ruido. Yo continúo en lo mío, mientras te quitas el
abrigo, preguntas: “¿Qué haces?” y te acercas a darme un beso, buscándome los
labios. Yo sonrío y respondo que me encuentro estudiando. Me quitas el
cuaderno que tengo entre manos y lees lo que escribí minutos antes de que te
presentaras. Sonríes y me dices que tengo una letra muy bonita. Yo, sentada en
la cama, con las piernas entrelazadas, solo atino a levantar la cabeza para
mirarte y sonreír, ruborizada, por cierto. Te me acercas una vez más y me das un beso, un beso chiquito en los labios y me dejas, me dejas con ganas
de más. Me entregas el cuaderno y te sientas a mi lado... Abro la laptop, y
empiezo a escribir. Escribo esto con lágrimas en los ojos porque sé que no es
real, porque sé que no estás a mi lado, porque sé que no me ves ni me puedes
escuchar, pero yo te siento, a pesar de no estar.
Sé que existes, pero no estás.