viernes, 1 de abril de 2022

Cafune

Probablemente no volverás a saber de mi, por mi.
Pero vendrán viejas amistades que preguntarán qué es de mi, cómo estoy y que por qué ya no me ven (cerca de ti). 

No creo que te pregunten por mi, pero si por ahí me encuentras en alguna conversación, ten la seguridad que jamás estuve ni estaré ahí.

Hagamos de cuenta que no existimos, sigamos negándonos al amor que sentimos. Yo estoy bien, tú estás mejor.

Duele irse, pero es lo que toca.
Duele perder amistades que son parte del vínculo, pero quizás tampoco nunca fueron mis amigos, siempre fueron más tuyos que míos. 
Yo siempre estuve de paso, tratando de encajar, y seamos sinceros, a nadie le hacía bien que estuviera en tus planes. 

Me quedo con la última despedida. Me quedo con tus lágrimas cayendo sobre tus mejillas, aflorando toda la impotencia, toda la rabia, todo el amor que decías tener por mi. Eres feliz, eres libre, siempre lo fuiste y no dejaras de serlo. Sigamos así, porque te hace bien, y es lo que elegiste.

Me pediste tiempo, me pediste espacio. Tienes el universo entero para ti, disfrútalo. A tu edad yo estaba disfrutando del amor en pareja, y ahora me estoy privando de aquello, pero todo tiene una razón y un porqué. Al final, lo entenderé. Al final, cuando llegue al final de Dios sabe qué...

Te recuerdo siempre con amor, con ternura, y es inevitable no sentir la conexión inclusive cuando no me hablas ni por casualidad. Gracias por estar, pero debes terminar de irte. Yo te estoy dejando ir, déjame por favor irme también. 

Te amo, siempre te amaré. 
Yo no mentí cuando dije que eres el amor de mi vida. 
Lo serás hasta que me conciban en la que sigue.

Gracias por todo lo bueno, gracias por todo lo malo. 
No sé si en otra vida, nos volvamos a encontrar y si es así, por favor, no te vuelvas a rendir...
O solo no me digas que no te vas a ir.