Sentado a filo de mi cama, en completa oscuridad, solo logro observar su fina silueta acercándose hacia mi lentamente, a un ritmo pausado, muy similar al de un baile arabe.
Tengo algo de miedo, es mi primera vez y no quiero que parezca eso.
Lo habiamos planeado durante meses, es mi primera enamorada y con ella las cosas van enserio.
Mis rodillas tiemblan mientras ella se desviste, parece experta en esto, a pesar que me convenció sutilmente a creer que para ella, esto también era nuevo.
Sonó mi celular, atiné contestar... Ella me miró sorprendida: sus ojos profundos, color carmelo , me perdía en ellos; sus pestañas, rizadas de dulzura, me enamoraba cada vez más con cada mirada suya; sus labios delgados y mansos, pero que se convertían al momento de besarme...
- Aló?
- Hijo, tu papá llamó y dice que está camino a casa, porfavor arregla la sala y que no encuentre nada desordenado. Estoy en camino, espero llegar antes que él.
- Ya mamá.
Ella no dejaba de mirarme, mientras yo miraba fijamente el piso.
Se acercó con la blusa entre sus brazos, cubrió sus pechos y sentandose a mi lado, dándome antes un beso en la mejilla y enredando sus dedos en mi cabello ondulado, me dijo tan suavemente al oído "vamos a ordenar la sala, mi amor" ... La miré a los ojos y ella me sonrió.
Estoy enamorado de ella, no lo puedo negar.
La besé como nunca, sus delgados labios me transportaban a un mundo extraño, ajeno al de nosotros, me llevaba a un lugar cálido, me hacía volar. Mientras sus manos insistían por bajar hacia mi entrepierna, me aceleré un poco y fue imposible evitarlo... La empuje hacia la cama, le arrebaté bruscamente la blusa, en ese momento me mordió los labios y desperté del limbo. Me encontraba encima de ella, podía sentir los latidos de su corazón, fuertes e intensos, al compás de ellos, empezó a moverse, y me sonreía mientras lo hacía. Aún con ropa, me atreví a desabrocharle el ajustado pantalón jean que tenía puesto... Su vientre, acaricie su vientre, ella soltó una risa y yo solo accedí a besarla por el cuello. Ella se ergía hacia mi y me entregaba hasta el más mínimo detalle de su cuerpo. Moría por ella y no estaba tan seguro de lo que hacía, posiblemente en ese lapso ya me encontaba inconciente, pero tengo grabado en mi mente cada instante, cada beso en su cuerpo, cada caricia sobre ella, quizás lo planeado estaba resultando y por un momento, pensé que esa sería la noche, nuestra noche, donde nuestros cuerpos se harían uno solo, invocando el más placentero furor entre ambos... Esa noche, prometía ser especial e inolvidable.
Ya no tenía miedo de nada, decidí dar rienda suelta a todo lo que sentía, sin reprirme empezé a despojarla de lo poco que tenía, se apresuró y me ayudó quitandome la ropa toscamente, como arranchándola de mi... Su tibio cuerpo expresaba la tempertura interior que ambos sentíamos, pude haber muerto en cada intento en el me reclinaba sobre ella... Sus pechos, delicados, suaves, se erizaban al tacto, podía percibir la locura que mantenía contenida dentro de sí y los leves gemidos que expresaba al acariciarla con deseo. Su cuerpo y el mio, sin precaución, se juntaron por un momento intenso, ambos nos volvimos locos, nos olvidamos del tiempo y en cuanto ella me apretaba la espalda, sentía como sus uñas se apoderaban de mi... Encontré su punto débil, no esperé mucho para hacerla feliz, su cara era única, reflejaba el más sincero placer, caí rendido antes que ella, la miré fijamente a los ojos y todo volvió a la normalidad...
Sin saber exactamente cuantos minutos habían pasado desde que iniciamos la travesía, me encontraba encima de ella, inmóvil, mirandola fijmente a los ojos, acaricié su rostro, su cabello... "Me amas?", eso me preguntó. La besé en el labio inferior, mordiendolo intenté jalarlo hacia mi, al soltarlo, ella besó mi nariz. "Te amo, no pensé que sería fácil decirlo, pero contigo todo es más simple, vencí mi miedo, soy feliz contigo y no quiero perderte nunca..." Me sonrio.
Cuidadosamente, me escabullí de ella y me recosté a su lado.
Ella jugaba en mi pecho, sus dedos bailaban sobre mi. Yo miraba el techo y descubri lo maravilloso que se siente hacer el amor por primera vez con la mujer que amo. Me pareció increíble, lo volvería a hacer una y otra vez, sin cansarme...
Sonó la puerta el garage, ambos nos asustamos, ella se paró rapidamente, cogió su ropa sin decirme una sola palabra y se metió al baño. Asustado me puse un short y un polo, salí a la cocina en sandalias evitando pasar por la sala, que por suerte se encontraba en perfecto orden. Escuché los tacos de mi madre al aproximarse hacia la sala, el ruido de las llaves del carro depositadas en la mesa de centro, y de pronto la dulce voz de Ximena saludando a mi mamá desde la escalera. Salí de la cocina con un vaso de agua, saludé a mi mamá con un beso en la mejilla y le alcanzé el vaso a Xime, perfecta cómplice que me sonrió aliviada al haber cmpletado la travesura sin levantar sospechas...
- "Ximenita, te quedas a cenar con nosotros?"
- "Con mucho gusto, Claudia." - Mi mamá odia ser tratada como señora.
En la mesa cuatro platos, papá llegó y nos saludó a Xime y a mi con un beso en la frente, llegó a donde mi madre se encontraba parada, la cogió por la cintura y la besó como si no la hubira visto en días.
En la mesa, papá tenía de la mano a mamá, y mientras comían ambos se miraban y se sonreían, quizás cómplices de alguna travesura aun sin reaizar... Xime y yo admirabamos la situación y nos miramos fijamente y coincidimos en el comentario en voz alta: "Yo quiero terminar así"...
Definitivamente, ella es el amor de mi vida.
Y la quiero comigo siempre.