domingo, 30 de diciembre de 2012

Dos extraños.

Ven, toma lo que siempre fue tuyo. Llévame al infinito mientras intentas descifrar el paraíso absoluto.

Dejemos la luz prendida, quiero verte.

...y me viste con los ojos cerrados. Tus manos intentaban leer en braile lo que mi cuerpo no descifraba.

Oscuridad que nos acompañaba,
música de fondo nos entonaba.
Cortinas que se deslizaban suavemente al compás del viento,
tímidos suspiros de una noche en desvelo.
Tu cuerpo y mi cuerpo encontrándose,
nuestras almas danzando,
nuestras miradas perdidas,
en el deseo, en el olvido...

¿Quiénes somos?
Dos extraños intentando amarse,
descubrirse y conocerse sin saber si quiera cual era el camino.

Tomaste mi mano, me invitaste a caminar.
Me dejé llevar con los ojos cerrados, no quería mirar...
Cogiste mi mentón.
Me encontré con tu mirada.
Sonreíste y, sin titubear, me besaste sin parar.
Coloqué mi mano en tu nuca,
nuestros cuerpos se juntaron y, de lado a lado, empezaron a bailar...
Tus manos recorrían mi cuerpo,
me hacían el amor al compás del tiempo.
Tus besos me llevaban al cielo, con los pies en la tierra bien puestos.
Tus manos dibujaban el deseo,
mis manos sujetaban tus brazos,
fuertes, imponentes ante mi cuerpo.
Nos miramos fijamente, me besaste en la frente y me cargaste a tu cintura.

Empezamos a dar vueltas en sí,
jugábamos como niños,
nos acariciábamos sin prejuicios...
Por un momento me olvidé de donde estábamos,
no distinguía sombra alguna hasta que sentí tu respirar en mi cuello,
en mi espalda, en mi cintura, en mis senos, en mi vientre, en mi pelvis, entre mis piernas...
Y llegaste,
y me hiciste tuya,
y me tenías,
y no me dejabas,
y fuiste tú quien me enseñó a suspirar sin respirar.

Te jalé del cabello hacia arriba,
tu lengua recorrió lo que me quedaba de alma...
Llegaste a mis senos,
mis manos recorrían vilmente tu espalda,
y tus besos, insaciables,
y tu cuerpo, y mi cuerpo
y el infinito...

(...)

No hay olvido, no hay futuro, solo presente.
Presente en el que me amaste, para el olvido.





miércoles, 26 de diciembre de 2012

¿Por qué? No sé.

Es imposible explicarlo, solo sucede, lo sientes, lo sabes y ya.

Empiezas a querer a un extraño, alguien que no conoces ni ves tan seguido, alguien a quién no le importas de la misma manera que te importa a ti, alguien al quien solo llamas por un nombre, porque no sabes si tiene dos o tres, alguien con quien tienes cosas en común y, al mismo tiempo, nada.
Alguien.
Solo alguien.

¿Cómo es posible querer a alguien sin conocer?, alguien al que piensas muy seguido sin saber porqué.
No sé, solo pasa, de un tiempo a otro, no sé como.
No sé.

¿Por qué?
No me preguntes, ni yo misma sé.

Me lo pregunto todos los días... Todos los días que pienso y no pienso en ti. Igual, si no te pienso, pienso porque no te pienso y así termino pensando en ti.
No entiendo por qué.
¿Qué hago pensando en ti?
No sé. No quiero saber.

¿Si te sueño?
Ya no tanto como antes, pero te pienso.
Te pienso y te imagino.
Converso contigo mientras me miro al espejo,
beso paredes imaginando que es contigo.
Me recuesto en el sofá y acaricio el viento
imaginando burdamente que es tu cabello.
Me siento en el parque y te miro,
te miro en el vacío. Te miro.
Te sonrío,
me tomas de mano y damos un paseo infinito.
Te abrazo cuando voy a dormir
y te siento respirar al despertar.

Te pienso, te miro, te siento.
¿Por qué?
No sé, no quiero saber.

¿Si te quiero?
No sé, ni quiero saber.



jueves, 13 de diciembre de 2012

la niña baila.

Intensa y sensible,
profunda y complicada.
Sutil desgano de un cuerpo en un vestido blanco.
Cabello suelto que cae por su espalda.
En la cintura, sus manos;
con los pies descalzos,
danzaba en la oscuridad
al compás del viento y la magia que la acompañaba.
Se mira al espejo y descubre su cuerpo.
Senos reflejados,
cuello fino y delicado.
Curvas definidas sueltas sin alma,
placer visual para quien no quiera mirarla.

Se entrega muy rápido,
y a pesar que no hace el amor muy seguido,
siente, vibra y respira en su alma el deseo de lo perdido.
Hace las cosas sin pensar,
suele arrepentirse, pero ya qué...
Al final, no hay marcha atrás.

Imagina cosas, crea historias,
disfruta de las fotos sin contexto,
pornografía explícita sin amor de por medio.
Tiene gustos raros y suele enamorarse de cualquier pendejo que le proponga sexo.
Piensa mucho,
sabe que por eso muere lento.

Entre cosas del pasado
encontró detalles que lleva guardados,
recuerdos casi borrosos de amores pasajeros.
Mensajes sin borrar,
imágenes sin archivar,
historias sin contar.
Sueños apagados,
días grises con fondo morado.

Habitación de hotel,
aromas a piel.
Preservativos mal usados,
miedos frustrados.
Sensaciones pasajeras
y algún sutil orgasmo.

Sábanas de colores,
espejos evaporados...
Sudores y placeres jamás nunca encontrados.

Cinco cuerpos,
cinco miembros.
Cinco historias,
cinco cuentos.
Vacío de recuerdos que con el tiempo ya se hicieron pasajeros.

Historia de cinco.
Historia de uno.
Historia de ella.
Historia de ninguno.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

locura o algo así.

¿Y si jugamos un poco?
Así como para salir de la rutina,
así como para engañar a nuestros corazones
dejando que lo nuestro fluya en el vacío de la nada.

Así,
para olvidarme de mi,
de lo que soy,
de lo que tengo,
de lo que necesito,
de lo que quiero.
Para olvidar mis sueños,
para olvidarte y perderte,
luego recuperarte en el intento de olvidarte...

Y así,
enamorarme y enamorarte,
desearte e imaginarte,
perderte y extrañarte,
amarte y odiarte.

Perderme para que me busques y no me encuentres.
Para buscarme y no encontrarme.
Para mirarte sin tocarte.
Para sentirte sin besarte.
Para nada.
Para nada, solo para pensarte.
Pensarte y olvidarme, así...

Juguemos a que nos conocemos lo suficiente como para empezar algo nuevo.
Juguemos a buscarnos en la oscuridad encontrando nuestras almas.
Juguemos a que nos enamoramos en el intento de olvidarnos.
Juguemos para perder.
Para perdernos en el otro.
Perdernos y encontrarnos.
Amándonos, deseándonos,
conociéndonos y sin pensarlo,
extrañarnos,
así como ahora,
así.