Probablemente no lo hayas notado, pero te esperé. Esperé meses por amanecer a tu lado, sentir tu piel en mi piel, pasar la noche abrazados, entrelazados; respirar el mismo aire: respirarte, amarte y una vez más, esperarte. Amanecer junto a ti, besarte, hacerte el amor con tan solo mirarte.
Me alegra que no lo hayas notado, porque pasé la noche esperando el amanecer. Imaginaba rozar tu cuerpo con mis dedos, acariciar tu rostro, tu cuello, tus hombros, tu pecho. Dibujar el camino con besos. Te tenía de espaldas contra mi, mis manos reposaban en tu cintura y morían por atrapar tus senos. Te tenía contra mi, mi miembro encajaba sutilmente en aquella hendidura, nuestra respiración se acompasaba con el viento y nuestros corazones bailaban fuera de nuestros cuerpos. Te tenía contra mi, dormida, tan llena de paz, tan llena de mi.
Me quedé dormido imaginándote, teniéndote contra mi.
Cuando desperté te encontré mirándome, acariciándome sutilmente. Rozabas mi rostro con tus dedos, dibujabas líneas en mi cuello, curvas en mis hombros y un corazón en mi pecho. Te tomé la mano y la apreté contra mi, te besé la frente y sentí como tu piel se erizó.
"Buenos días, mi amor." Buena vida, para los dos.
"No me has hecho sufrir, si no esperar."
- P.Neruda