Abrazarme una vez más para reconstruirme,
abrazarme y no soltarme porque me necesito.
Mi cerebro no deja de pensar en todas las cosas negativas que me atormentan y no me dejan avanzar. Me siento limitada, extraña a cualquier grupo social, me siento sola una vez más y necesito abrazarme lo tan fuerte posible hasta lograr desaparecer, volverme polvo y no existir jamás.
Duele,
la herida no sana.
Duele el alma,
y este estado mental cansa.