Si tan solo supieras cuántas veces te he querido dejar ir...
Te sorprenderías inclusive, porque todas las veces que quise y lo intenté, siempre estuve aquí.
Ayer me dijeron que amaba demasiado y sí, te amaba más que a mi misma.
20 Agosto, 2025.
Te amaba en pasado, porque estoy guardando aquel sentimiento en el cajoncito de mis recuerdos.
Te amo aún, pero no con la misma intensidad, ¿sabes?
Me rompiste fuerte... o no.
No, no me rompiste, me rompí yo.
He atravesado por un huracán de emociones,
me he ahogado en mis pensamientos, en mis miedos, en mi sentir.
Estoy viva, carajo.
Afrontando esta ruptura como la última guerra que me permito perder sin tregua.
Estoy viva y sin ti.
Estoy viva y, de a poquitos, conmigo.
Me quiero tanto ahora, me cuido tanto.
Como si de mi dependiera mi estabilidad física, emocional... y es que siempre tuvo que ser así, pero jamás me di el lugar, ni el espacio.
Todos me dicen que soy fuerte, incluso tú lo mencionaste antes tantas veces, pero jamás tuve tanta fe en mi como ahora. Que estoy recogiendo mis pedazos, los estoy pegando, algunos otros sencillamente los descarto. Rebusco en mi piel, el deseo, la conexión con mi centro. Respiro, me ahogo, lloro, reniego, maldigo y lloro nuevamente. De rabia, de dolor, de desespero, de angustia, de ansiedad, de no quererme cuando pude, de no haber hecho más por mi cuando pude, pero ya qué... Si estoy donde estoy por mi, siempre fue mi responsabilidad, siempre fui yo luchando por ser vista, por ser querida, amada, aceptada, amoldándome a donde no cabía, porque sí: ese espacio no era para mi.
De sentirme tan chiquita a saber que soy grande, inmensa, gloriosa en amor, en valor.
Que soy todo lo que cualquier extraño quisiera conocer, para despues descartarme, así como lo hiciste tú.
Sabotaje / Egoísmo, finalmente ganamos los dos.