domingo, 17 de mayo de 2015

De todas mis libertades, tú eres mi límite.


Te tuve en mis manos, sentí erizar tu piel. Hacía mucho que no vibrabas con aquella intensidad, logré que te retuerzas de placer.
No te besé, sólo te acaricié. Y en el momento en el que conseguí te rindieras ante mi ser, te dejé ir, pues solté la cuerda para dejarte caer. Supiste sostenerte, te aferraste a mi, sentiste el peligro, y aún así te dejé caer. Te dejé caer, pues estaba seguro que mi regazo te iba a sostener. Te atrapé en el aire, perdiste el miedo, cuidé que tu cuerpo no sintiera la frialdad del suelo.

Te mantuve conmigo y seguí el juego, continué acariciando tu espalda, marcándola con sutil detalle, delineando tu musculatura, cada curva, cada hendidura. Te tuve y te mantuve, jadeando de placer. Recuerdo como te retorcías y sonreías, como te derretías, como deleitabas a este masoquista envenenado, sé te gusta jugar a que soy tu esclavo. Obediente a tu alma, no me detuve al bordear tu cintura, perdido entre los pliegues de tu piel, en tus lunares interminables que me derivan cerca al nacer de tu miel. Es tu belleza absoluta que en la oscuridad hace palpitar a este vagabundo, eterno esclavo de tu piel. Esa suavidad infinita, aquella sensación de refregar mis manos sobre tu cuerpo, danza mortal para mis dedos. Me contuve, te contuve, nos perdimos en el camino y nuestra conciencia se perdió en el olvido.

Me tienes para cuando quieras, para abrazarte y soltarte las veces que quieras.
Me tienes para hacerte volar en el viento, acariciarte y mecerte, dueña del tiempo.
Me tienes para llorarte, para mojarte y embadurnarte.
Me tienes cuando quieras, porque contigo perdí mi libertad, tú pusiste el límite, y el limite en la oscuridad no existe. Existes tú, existo yo. Que se joda el mundo, somos reyes del universo absoluto.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Y es que jamás encontrarás a alguien como ella.

No soy santa de tu devoción, sé que es a ella a quién le rezas antes de dormir. No niegues que no piensas en ella, que la buscas en mi, pero claro, no la encuentras, porque no soy ella, ella no está en mi.

Deja de buscarla en mi, te aviso que aquí no la vas a encontrar.
Ella se fue y si ha de regresar te avisará, pero deja de buscarla dónde no está.
Déjame mejor, date cuenta que no soy para ti, y huye lejos, apártate de mi, ya mi tema lo solucionaré con el viento. Deja de buscarla en mi ojos, en mis labios, en mis manos y en mi cuerpo, déjame a mi y ve por ella. Anda, ve y búscala, encuéntrala y abrázala, bésala y hazla tuya, total, en mi ya no encuentras nada.

He intentado ser lo que has querido, me he convertido en lo que me has pedido, y ni así. No funciona, ya me di cuenta que no eres para mi, que no soy para ti y qué, ¡vamos! terminemos con esta farsa de una vez.

Lo que alguna vez nos pareció amor, hoy es distancia. Distancia que nos separa, distancia que nos aleja. Anda, vuela, siempre has sido libre, tienes la reja abierta.

viernes, 8 de mayo de 2015

Carta #22

A veces tengo miedo de contarte que me siento débil de vez en cuando, porque mereces a una mujer fuerte que te acompañe, que no se rinda ante nada, ni nadie.

Debo confesarte que lloro por las noches, que me siento vacía a menudo y que pierdo el control sin razón aparente. Constantemente me siento insegura ante el mundo y, si por mi fuese, me quedaría días en la cama, sin moverme, sin sentirme, sin mirarme en aquel espejo que destruye mi mente.

A veces, casi siempre, me ahogo en mis problemas y siento el mundo acabar,mas cuando eso sucede huyo de mi y me escondo detrás de mis miedos, miedos que no me dejan disfrutar del tiempo, que me agobian y me llenan de inseguridades, las cuales detesto.

Lamento encontrarme tan triste el día de hoy.
Lamento no ser la mujer que esperabas.