Yo quería hacer el amor con él todos los días, recostarme en su pecho con su palpitar como canción de cuna, sentir esa respiración pausada - algunas veces entrecortada - que me refrescaba del hastío y me hacía sentir en paz.
Yo quería despertar en la madrugada y quedarme inmóvil a su costado con los ojos bien abiertos, apreciando la fisionomía perfecta de su rostro. Descubrir sus lunares, contar sus cabellos. Ocupar mis insomnios en sus brazos, desgastar mis ideas para comprenderlo, resumir mi vida en su nombre; yo quería todo con él, ser suya completa, sin ningún contratiempo.
Pero él se cansó de esperar, quizás le resulté aburrida, demasiado entregada, demasiado loca, demasiados riesgos, demasiada carga, demasiado para él que nunca recibió nada.
No se marchó porque dejó de amarme, se fue porque creyó encontrar a alguien que era capaz de amarlo más - más de lo que en mi momento pude amar.
Estoy en desventaja. Ni en dos años más lograré conseguir lo que ella conquistó en 24 días.
Lo que si me queda claro, hoy más que nunca, es que el amor no se compra con un boleto de avión, y que no existe suerte, lo que necesitas es moverte.
Si andabas buscando la nada más absoluta, felicidades: la has encontrado.
Yo quería despertar en la madrugada y quedarme inmóvil a su costado con los ojos bien abiertos, apreciando la fisionomía perfecta de su rostro. Descubrir sus lunares, contar sus cabellos. Ocupar mis insomnios en sus brazos, desgastar mis ideas para comprenderlo, resumir mi vida en su nombre; yo quería todo con él, ser suya completa, sin ningún contratiempo.
Pero él se cansó de esperar, quizás le resulté aburrida, demasiado entregada, demasiado loca, demasiados riesgos, demasiada carga, demasiado para él que nunca recibió nada.
No se marchó porque dejó de amarme, se fue porque creyó encontrar a alguien que era capaz de amarlo más - más de lo que en mi momento pude amar.
Estoy en desventaja. Ni en dos años más lograré conseguir lo que ella conquistó en 24 días.
Lo que si me queda claro, hoy más que nunca, es que el amor no se compra con un boleto de avión, y que no existe suerte, lo que necesitas es moverte.
Si andabas buscando la nada más absoluta, felicidades: la has encontrado.