viernes, 28 de diciembre de 2018

Quisiera

Hacer el amor es dormir sobre su pecho, 
empiernados, 
respirando el mismo aire,
empapándome del sudor que emana su piel.

Quisiera pasar horas y horas pegada a su piel, 
sintiendo su respiración, 
observando tus labios, 
deseándolos cada vez más.

Quisiera que el dolor me fuera ajeno, 
que no lo tuviera tan presente 
y no lo recordara cada segundo que lo tengo cerca.

Quisiera que muera por mi
y vuelva a nacer en el intento de recuperarme,

Quisiera.

martes, 25 de diciembre de 2018

Volvamos.

Volvamos a tener una primera cita.
Esa en la que decido no ponerme un vestido y usar un short después de mil veranos.
Esa en la que descubro que no eres puntual, sin embargo fuiste el primero en llegar.
Esa en la te paso un pañuelo porque no dejas de sudar y yo moría por besarte y abrazarte aunque no tuviera claro si lo que sentía en ese entonces era cariño más que atracción.
Esa en la que caminamos de la mano, sin ser nada más que conocidos extraños.

Volvamos a amarnos en silencio, sin miedo al qué dirán.
Volvamos a ser aquellos niños que abrazados logramos dibujar con besos el sunset en nuestro invierno.
Volvamos a amarnos como antes, cuidarnos del daño y de los malos tiempos.
Volvamos a ser esos cómplices compañeros que solo miraban al cielo buscándose en el tiempo.

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Tú qué vas a saber de estar roto(a), si nunca has sentido morirte en vida.
Tú qué vas a saber de sentirte herido(a), cuando has sido quien provocó siempre el daño.

Llevo noches infinitas ahogada en llanto, queriendo llegar a la cama sin pensamientos para solo quedarme dormida en la inmensidad del vacío.
Necesito no pensar en nada, pero ni una ducha de agua caliente aliviaría el infierno que llevo por dentro.

Aceptar.
Perdonar.
Agradecer.
Continuar.

Ojalá también pudiera dejar de llorar.

Acaricio mi cabello, acaricio mi rostro, acaricio mis labios, acaricio mi cuello... Vuelvo a repetir la secuencia una y otra vez hasta procurar quedarme dormida, vuelvo a repetir la secuencia estando aún dormida.

Me acaricio y siento cada centímetro de piel, me repito hasta el cansancio que soy hermosa, que me quiero, que no me cambiaría por nada de este mundo y lloro, lloro hasta gritar en la almohada, y siento un dolor agudo en el pecho que termina por adormecerme y me ayuda a morir por unos segundos hasta el día siguiente.

"El amor es un estado de locura degenerativa y destructiva. Y soy adicta."

miércoles, 19 de diciembre de 2018

Despertar.

Cada día te quería más, cada día te extrañaba más.
Quizás inventé un amor bonito para los dos, pero el amor no son sólo palabras.

Yo fallé, tú fallaste, fallamos los dos, pero yo nunca engañé, nunca mentí, sólo te amé y me esforzé tanto que en intento de hacer las cosas bien también fallé. Para cuando quería darme un lugar sólo para mi me asilaba, es que nunca me hice respetar y con mis actitudes solo provoqué que tú me dejaras. Dejé de ser importante para ti y tu orgullo pudo más.

Te amo, y esto que siento nadie me lo quita, porque eres mi amor, es mi vida, amor que te supiste ganar y que apesar de tanta mierda aún logras conservar.

No sé cuántas veces te logre perdonar. Quisiera empezar de nuevo, cuando eras pura maravilla para mi. Te extraño tanto, tantísimo así casi igual como me extraño a mi.

Estas semanas descubrí que se ama con todo lo bueno y lo malo, amar no es seguir creando inseguridades, si no abrazar el miedo y dar confianza.

Eres el amor de mis días, a pesar se todo, sigues siendo el amor que quiero en mi vida.

martes, 18 de diciembre de 2018

Eres el Mar.

Quizás no soy lo suficientemente fuerte o inteligente como para aguantar mareas, me ensimismo en remar contra la corriente y dar una oportunidad a que las velas guíen mi camino, pero se avecina una tormenta que destruye todo, y tengo miedo porque estoy sola, porque nunca dices nada y te quedas callado, y a lo lejos, dónde no puedo verte, escucho romper tus olas en las piedras...

El barco destruido, nado contramarea, me ahogo y no hay salvavidas. Me doy chance y pierdo la conciencia. Escucho en el fondo a las sirenas que me hablan de ti y me dicen que no eres tan malo como aparentas. Confío y vuelvo a nadar, aunque nunca me hayan enseñado... Llego a la orilla devastada y volteo para contemplarte: te veo azul y calmado, tan cálido cómo acostumbras, recibiendo gustoso la puesta del sol. Emanas belleza, a pesar de tanto daño, solo vuelvo a correr hacia ti con la intención de recuperar los restos del barco.


Sólo quiero que estemos bien, que no haya más dolor.
Me he preguntado todos los días desde que descubrí tus mentiras qué hice para merecer tanto daño, y no sólo por ti, es que parece que la vida no quiere que sea feliz.

La peor sensación que he podido sentir este año, entre algunas otras, es descubrir la mentira, el engaño. Puedes creer que todo estará bien, pero en unos días, cuando creas haber superado todo, las secuelas repercutirán y te recordarán el daño, daño que creo haberlo sanado.

Bien dicen que el que busca, encuentra. Y en verdad no estoy segura si seguir buscando para encontrar hasta lo que mi mente no imagina.

Sólo quiero estar bien, soltar el daño acumulado.

viernes, 14 de diciembre de 2018

14 de diciembre.

Derrepente y soy yo la que está equivocada,
la que necesita siempre un poco más de atención,
un poco más, siempre, de amor.

He vuelto a mendigar amor,
he vuelto a llorar por amor,
he vuelto a ser quien juré no volver a ser.

No hay noche en la que no llore,
no hay noche en la que piense en otra cosa que no sea mi estabilidad emocional,
no hay noche en donde no me sienta sola, y no pueda compartir con nadie este sentimiento.

Me abrazo fuerte, estrujo mi cuerpo con la intención de que mi corazón salga por la boca, para quizás así no sentir más dolor. Me araño la piel, y lloro sobre esta almohada que no aguanta más; me golpeo el estómago, me jalo el cabello y duele más la ausencia de quien necesito que el propio daño que me causo. Me necesito y no estoy. Te necesito y no estás.

Me duele la cabeza, entro a la ducha, dejo caer el agua sobre mi, me dejo resbalar en la pared hasta ponerme de cunclillas y solo golpeó mi cabeza contra la pared esperando que se abra y logre salir toda la mierda que tengo acumulada.

Estoy cansada, cansada de no mirarme como quiero verme, de no sentirme como quiero sentirme y de estar ausente cuando más me necesito.

Hablemos de morir, de qué pasaría si dejo de existir.
Mis padres llorarán, mi hermano quizás se arrepentirá de no haberme vuelto hablar, la gente hablará de mi y quizás los que me olvidaron me recordarán. No creo haber sido una buena chica, me esforcé tanto en aparentar ser una... total, si en el camino me perdí. Tú no dudarás en ser feliz con alguien más, porque es así, porque fui yo la intensa, la que siempre estaba ahí tratando de ayudar y no ayudó, la que te metió en su vida y fue injusta porque solo quería ser parte de tu vida tambien, acercarme a ti, simultáneamente robándote un poco de atención.

Quisiera morir hoy, cerca de la media noche, un viernes 14 de diciembre, día en que nadie pensó un poco en cómo me podía sentir.

Gracias mamá por negarme ese abrazo,
gracias papá por intentar que todo este bien aunque sabemos todos que no lo está,
gracias hermano por haberme dado la oportunidad de quererte en silencio y no poder volver a hablarte ni acariciarte jamás,
gracias a ti, por devolverme las ganas de vivir un poquito más, aunque haya sido este el final...

Hoy deseo quedarme dormida y no despertar jamás.