martes, 25 de diciembre de 2018

>

Tú qué vas a saber de estar roto(a), si nunca has sentido morirte en vida.
Tú qué vas a saber de sentirte herido(a), cuando has sido quien provocó siempre el daño.

Llevo noches infinitas ahogada en llanto, queriendo llegar a la cama sin pensamientos para solo quedarme dormida en la inmensidad del vacío.
Necesito no pensar en nada, pero ni una ducha de agua caliente aliviaría el infierno que llevo por dentro.

Aceptar.
Perdonar.
Agradecer.
Continuar.

Ojalá también pudiera dejar de llorar.

Acaricio mi cabello, acaricio mi rostro, acaricio mis labios, acaricio mi cuello... Vuelvo a repetir la secuencia una y otra vez hasta procurar quedarme dormida, vuelvo a repetir la secuencia estando aún dormida.

Me acaricio y siento cada centímetro de piel, me repito hasta el cansancio que soy hermosa, que me quiero, que no me cambiaría por nada de este mundo y lloro, lloro hasta gritar en la almohada, y siento un dolor agudo en el pecho que termina por adormecerme y me ayuda a morir por unos segundos hasta el día siguiente.

"El amor es un estado de locura degenerativa y destructiva. Y soy adicta."