viernes, 14 de diciembre de 2018

14 de diciembre.

Derrepente y soy yo la que está equivocada,
la que necesita siempre un poco más de atención,
un poco más, siempre, de amor.

He vuelto a mendigar amor,
he vuelto a llorar por amor,
he vuelto a ser quien juré no volver a ser.

No hay noche en la que no llore,
no hay noche en la que piense en otra cosa que no sea mi estabilidad emocional,
no hay noche en donde no me sienta sola, y no pueda compartir con nadie este sentimiento.

Me abrazo fuerte, estrujo mi cuerpo con la intención de que mi corazón salga por la boca, para quizás así no sentir más dolor. Me araño la piel, y lloro sobre esta almohada que no aguanta más; me golpeo el estómago, me jalo el cabello y duele más la ausencia de quien necesito que el propio daño que me causo. Me necesito y no estoy. Te necesito y no estás.

Me duele la cabeza, entro a la ducha, dejo caer el agua sobre mi, me dejo resbalar en la pared hasta ponerme de cunclillas y solo golpeó mi cabeza contra la pared esperando que se abra y logre salir toda la mierda que tengo acumulada.

Estoy cansada, cansada de no mirarme como quiero verme, de no sentirme como quiero sentirme y de estar ausente cuando más me necesito.

Hablemos de morir, de qué pasaría si dejo de existir.
Mis padres llorarán, mi hermano quizás se arrepentirá de no haberme vuelto hablar, la gente hablará de mi y quizás los que me olvidaron me recordarán. No creo haber sido una buena chica, me esforcé tanto en aparentar ser una... total, si en el camino me perdí. Tú no dudarás en ser feliz con alguien más, porque es así, porque fui yo la intensa, la que siempre estaba ahí tratando de ayudar y no ayudó, la que te metió en su vida y fue injusta porque solo quería ser parte de tu vida tambien, acercarme a ti, simultáneamente robándote un poco de atención.

Quisiera morir hoy, cerca de la media noche, un viernes 14 de diciembre, día en que nadie pensó un poco en cómo me podía sentir.

Gracias mamá por negarme ese abrazo,
gracias papá por intentar que todo este bien aunque sabemos todos que no lo está,
gracias hermano por haberme dado la oportunidad de quererte en silencio y no poder volver a hablarte ni acariciarte jamás,
gracias a ti, por devolverme las ganas de vivir un poquito más, aunque haya sido este el final...

Hoy deseo quedarme dormida y no despertar jamás.