De tanto buscarte me perdí a mi,hoy volví a soñarte y veme aquí...Por algo siempre vuelvo a ti,y me pregunto por quésolo funciona si no quieres irte...Estoy viviendo de recuerdos,pero al final solo quiero volver a donde fui feliz.Yo sigo amándote,aunque no esté aquí.Me enamoré de un corazón vacío,quisiera olvidarte, pero no puedo...Nuestro último shot y volvemos a nuestro lugar seguro.Abrázame fuerte, no quiero volver a verte...Quiero verte volver, pero nunca te alcancé.Tú tan a veces, y yo tan por siempre.
lunes, 28 de marzo de 2022
Tú tan a veces, y yo tan por siempre
jueves, 24 de marzo de 2022
Carta en el tiempo
Quiero escribirte, muero por hacerlo, pero vivo para no intentar si quiera, por casualidad, hacerlo.
¿Podemos dormir juntos hoy?
Hablo de reposar en tu pecho, como el último fin de semana, en donde me engancho a tu cuerpo y me pides que me enrolle en ti; de cuando respiro tu aliento, de cuando siento tus latidos y la textura y el calor de tu piel.
Hablo de esa intimidad que tenemos después de sexo, el hacer el amor en el contexto más sutil del haber, del existir.
Hablo del momento más hermoso que siempre hemos tenido, aquel en el que no importa si húmedos o sudosos, nos impregnamos el uno del otro.
Hablo de ese momento en donde te digo que te amo en silencio y tu me abrazas como si me amaras, también.
Yo no quiero convencerme de que nací para amarte, pero quiero. Hoy quiero estar junto a ti, en ti.
¿Podemos vernos?
Y sí, solo vernos. Ver tus ojos chinos, tu perfil empinado y tus labios gruesos; tu sonrisa perfecta, tus orejas delicadas y perforadas, tu pelo negro, largo y medio ondulado; el collar en tu cuello, tus lunares y observarte, solo hacerlo porque sí, porque el placer que siento al hacerlo es más profundo que cualquier penetración consentida. Verte también es disfrutarme.
Quiero hacerte el amor hoy, pero entre poder y querer, no sé si estemos de acuerdo.
Dime que podemos.
Dime que también quieres.
Dime y voy.
Dime y vienes.
Dime, que soy y seremos, solo por hoy, si así lo quieres.
miércoles, 23 de marzo de 2022
X230422X
Te amo, y lo escribo aquí porque no debo escribirte más.
Te dije que eras una droga y ahora me encuentro en abstinencia.
Dueles, dueles mucho; pero tengo que sacarte de mi.
Te extraño, nos extraño, y no hay segundo del día en que no te piense.
Dueles, Dueles mucho; y todo el amor que tenía me lo estoy dando a mi, pero quiero seguir dándotelo a ti. ¡Qué afortunado eres! Y, ¡qué afortunada soy, por quererte!
Gracias por seguir aquí, omnipresente.
domingo, 20 de marzo de 2022
como un G
Si no lo puedes tener, lo tendrás que soltar.
No estoy a tu lado pero te deseo paz y libertad.
Solo el amor con amor se paga;
Nada te debo y tú no me debes nada.
El querer que no se da, ¿Dónde acaba?
Si encuentro el tuyo ya será deuda pagada.
Si no lo puedes tener, mejor dejarlo ir.
Qué pena cuando quieres algo pero Dios tiene otros planes para ti.
Que siempre te querré, aunque no te tenga.
Que siempre me tendrás, aunque no me quieras.
jueves, 10 de marzo de 2022
sueño.
Hay días en donde quisiera seguir durmiendo, solo para continuar mi historia de amor contigo.
Soñé que llegabas a casa, mientras yo sacaba la lasagna del horno. Me dabas una nalgada y olías mi cuello, mientras yo te esperaba mojada y nerviosa, con ganas de treparme a tu cuerpo. Dejé el depósito de comida sobre el tablero, me tomaste por la cintura y me volteaste hacia ti. Me besaste como siempre lo haces, mordiste mi labio inferior jalándolo hacia ti, como si quisieras romperme la boca, cerrando así el momento con un te amo, tierno y sádico.
Me tomaste de la mano y me llevaste a la barra, me cargaste y me sentaste sobre ella, yo te abrí las piernas y encajaste. Te cogí de nuca, te jalé hacia mi pecho, mientras tu labios y tu lengua me salivaban y yo solo pensaba en cómo es posible que te tenga así... Tan mío, yo tan tuya, entregada a ti.
Te alejaste con el pretexto de que debías lavarte las manos y yo hice puchero. Me bajé de la barra y te seguí hasta el baño, siempre dejas la puerta abierta y es ahí donde entro yo, abrazándote por la espalda, oliendo tu cabello, recostando mi mentón sobre tu hombro derecho, mirándote por el espejo y sonriendo, porque te tengo. Sacudes las manos, me despego de ti y doy un paso hacia atrás, tú mientras te secas las manos escapo de ahí. Estoy descalza, resbalo. Te ríes y me dices que soy torpe, volteo y te miro con fastidio, "es que así soy" te digo y me persigues hacia la cama. De un brinco me tiro en ella y tu me quedas mirando desde la puerta. Me encanta cuando te quedas parado observándome, es ahí cuando quiero correr hacia ti nuevamente para llenarte de besos y abrazarte. Te pregunto qué es lo que pasa, mientras mis pies cuelgan de la cama, tú me dices con la voz de siempre "nada, no pasa nada". Y es que sí quiero que pase.
Me doy vuelta, boca abajo, giro levemente la cabeza para mirarte y te veo venir sobre mi. Tu cuerpo me aplasta completamente y tus manos cogen mis manos, las dos juntas y me tienes ahí. Tu respiración te delata, estás excitado. Yo solo río. Me respiras al oído y me dices que si voy a hacer lo que me pidas y te digo que si, mil veces si. Sin pensarlo, sin dudarlo. Sí.
Mantienes mis manos juntas con tu mano izquierda, haciendo fuerza como para no escapar de ti, con tu mano derecha empiezas a acariciar mi cuerpo, el lado de mis senos, mi cintura, mi espalda, mis nalgas y mis piernas. Te deslizas con una delicadeza que solo tú y nada más nunca antes lo ha intentado. Me conoces bien y sabes como empezar. Lo que nunca sabemos es cómo vamos a terminar...
Quiero que me sueltes, forcejeo. Pones más fuerza y empiezo a sentir mis muñecas adormecidas, me gusta que me domines, que te pongas prepotente y muestres dureza. Que seas firme y seguro, que sepas que no me haces daño, pero me presionas como para tenerte miedo, y yo solo te deseo.
Sueltas levemente mis muñecas y te vas deslizando sobre mi cuerpo, me besas con la ropa aún puesta y levantas mi polo, dejando al descubierto mi trasero, lo besas y lo lames, como si fuera un plato dulce que ansias comer. Me tienes relajada y en ese momento casi inconsciente, que cualquier cosa que hagas estoy dispuesta a rendirme a ti. Me comes las nalgas fuerte, me nalgueas con desidia, me abres las nalgas y tu lengua pasa por ahí. Se me achina la piel y yo solo quiero dejar de retorcerme de placer... te paro el culo, y tu sigues ahí, disfrutando el banquete como si no hubiera mañana, y tu lengua, y tus labios, y tu sed por dejarme mojada no van a deterse hasta completar tu cometido. Metes la lengua, la sacas y pones un dedo índice en aquel orificio, que ya ante el placer, ha cedido para ser el principio del fin. Juegas con él, mientras lo introduces lentamente, yo te abro el culo, como si fuera costumbre, cada miércoles después del fútbol. ¿Qué vamos a hacer?
Vibra el celular, estoy despierta.
Mojada y con un mensaje tuyo, todo bien.
¿Cuántos sueños más sin terminar vendrán?
¿Cuántos sueños se harán realidad?
jueves, 3 de marzo de 2022
Feliz 28 de febrero
Donde las palabras no hagan falta, ¿ahí es?
Que me toma menos de 2 segundos temblar después de verte, me pongo nerviosa, intento no sonreír, pero aquí me ves, más torpe que ayer, menos estúpida que mañana.
Te acercas a mi, me abres los brazos, reposo en tu pecho y yo solo quiero besarte, preguntarte como te va y si todavía me amas... Bien, todo bien, y sigues tu camino.
Que te acompañe si no estoy ocupada, y juré no volver a ti, pero aquí estoy, a tu lado, cambiándole las letras a las canciones mientras tu manejas a 60. Te miro y quiero besarte, te concentras en la ruta y evitas mirarme, y río de los nervios, y me muerdo la lengua y aprieto mis piernas para no sentir que te tengo. Porque te tengo.
Bajamos del carro, te acompaño a la distancia. Solo quiero acercarme y tomar tu mano, olerte el cuello y decirte que te amo. Entras al banco, te miro desde lejos mientras haces la cola, evito hacer contacto visual y disimulo, me tropiezo, me escondo y vuelvo a verte con la oportunidad de cruzar con tu mirada. Sales y nos vamos. Me preguntas si deseo algo del kiosko, te digo en mi mente que necesito un beso tuyo, para no sentirte, pero agradezco que hayas comprado agua, aunque dudes de su procedencia. Bebemos de la misma botella, y te quiero besar, pero me pongo el cinturón de seguridad para evitar cualquier movimiento involuntario.
Dios un par de vueltas, no hay agentes para depositar dinero, dan las 7 pm, llamas a tu madre, le dices que vas camino a casa. Yo solo pensaba en no moverme para no dejar ningún cabello en el carro, por miedo a que ella los encuentre...
Llegamos a casa y me dijiste que me cuidara, voltié y me acerqué a ti para despedirte y respiramos el mismo aire, no sé si tú, pero yo me sentí en el mismo infierno y contigo, tú mi ángel. Te besé, nos besamos y nos volvimos a besar, y te mojabas y me mojaba, y me temblaban las piernas, y movía mis manos y te apretaba el pantalón, y querías coger mis tetas, pero eso fue todo. Me dijiste que irías en la semana al depa y que me pasarías la voz por si estoy libre, poder acompañarte. Acepté sin saber cuándo sería y si estaría desocupada. Sí a todo.
Me golpeé bajando del carro, porque soy torpe.
Abrí la puerta de mi casa, volteé y te vi.
Te volví a sentir.
Y quise correr hacia ti, pero ya había entrado a casa y tu arrancado.
Nos quedamos húmedos de placer. Yo esperando verte volver, tú, no sé.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)