Te dije que eras una droga y ahora me encuentro en abstinencia.
Dueles, dueles mucho; pero tengo que sacarte de mi.
Te extraño, nos extraño, y no hay segundo del día en que no te piense.
Dueles, Dueles mucho; y todo el amor que tenía me lo estoy dando a mi, pero quiero seguir dándotelo a ti. ¡Qué afortunado eres! Y, ¡qué afortunada soy, por quererte!
Gracias por seguir aquí, omnipresente.