Si tuviera que hacer una lista de los placeres que he descubierto en estos últimos 3 meses, empezaría por el café a cualquier hora del día, bien cargado y tibio, obviamente sin azúcar o edulcorante, amargo como esa sensación que solté hace algunos días, cuando entendí que todo lo que idealicé quedaron en los últimos 5 años transcurridos.
Podría continuar con el ejercicio, salir a correr, cargar pesas ejercitando mis hombros, mi pecho, mi espalda, mis piernas y hasta mi mente; montar bicicleta estacionaria, por que sí, jamás aprendí sin las rueditas de apoyo - y no me avergüenzo de eso, o soltar mis brazos de los parantes mientras monto la elíptica, para sentir que corro en el aire; la rutina necesaria y diaria de al menos una hora como mínimo para alcanzar drenar toda esa energía que me hace falta, para llenar el vacío y soltar lágrimas con cada esfuerzo, retándome siempre a levantar más peso, cuidado la técnica, como si de ella dependiera mi vida, como si así de metodológica hubiera sido llevar una relación tratando de no cagarla más, cuando ya estaba embarrada, no sé, quizás me entiendas...
Tomar mates, y fumarlos también. Sentirme adormecida me da placer, estar en modo "no sé que es lo que exactamente sucede, pero me gusta" y aquí voy de nuevo, drogándome para no sentir y sentir al mismo tiempo. Hay hierbas verdes, naranjas o amarillas, todas juntas, enroladas en papel, o puestas en una pipa. Sentir como raspa mi garganta, pasar el humo, inhalarlo y exhalarlo, entrar en trance, distorsionar la realidad, estando en el presente, viajando al futuro, recordando el pasado, sintiendo tus manos en mi cuello, alucinarte encima, y morirme en el intento de respirar... La manzanilla también es una opción, pero prefiero 20 soles de pase semanal, como si ganara en dólares para invertir en algo más que en mi salud mental.
Disfruto del sexo, pero siempre cuando es contigo, como cuando te reclamo el por qué no me has saludado y me plantas un mordisco en los labios, y me los dejas latiendo, los de abajo ya sabemos que andan mojados. Y es que ambos sabemos que no es solo sexo, es la conexión de nuestros cuerpo, es la pasión que ponemos a complacernos, es el disfrute a sentirnos afortunados de tenernos, para luego venirnos al mismo tiempo. ¿Es la manera como respiras sobre mi una droga más? Aún si nos acompaña alguien, te sigo eligiendo a ti... Por como me acaricias, por como me besas, por como me dominas y me pones sumisa antes ti, que arrodillada soy yo quién te rezo y en cuatro, me rezas tú a mi.
Disfruto de hacer el amor contigo, de ponerme como quieres, de saciarte en mi hasta pedirme descansar 5 minutos sobre mi pecho, y pasado ello, acomodarte para ser yo quien duerma sobre el tuyo. Esa intensidad a la que huyes está presente en cada acto del coito, procurando ser mejor que la vez anterior, como si de eso dependiera acabar el ciclo del "valoro tu amistad, pero no quiero una relación contigo, ni con nadie, pero no descarto que a futuro podamos tener algo (serio)"...
Irónico ahora darme cuenta de esto, pero de todos los placeres antes descritos, soy yo, el único placer que me importa, que deseo tener siempre, de admirar mi mente, mis sentimientos, mi cuerpo, de cuidarme, para prestarme siempre contigo, de querer soltarte y que sigas ahí, como si yo también fuera tu placer favorito. ¿Y qué pasa si los combino? Si mi día tuviera café, ejercicio, hierba, tu amor y mi existencia, sabemos bien que sería mi día favorito, pero no se puede tener todo en la vida, por eso ahora sólo me quedo conmigo y tu recuerdo, tu olor en mi memoria, tu mirada en mis sueños, y tus oportunos besos cada que te veo.
De todos los placeres, tú eres mi favorito, pero estoy conmigo.